Soy un buscador, desde muy joven sentí la necesidad de buscar respuestas que dieran sentido a la vida. Y como siempre ocurre, la vida nos da aquello que necesitamos para aprender. Con esa actitud de explorador, me formé como Osteópata en diferentes escuelas y con la fortuna de tener a grandes maestros que me regalaron la capacidad de ver al ser humano como un todo, el Holismo cambió mi vida.

Durante años trabaje con personas que venían a mi consulta con dolores de todo tipo, ansiedad, insomnio y otras muchas patologías. A pesar de ayudarles, con el tiempo volvían a repetir esos mismos síntomas, fue entonces cuando me di cuenta de que mi enfoque osteopático no era suficiente y cuando uno busca respuestas, las encuentra.

Apareció en mi camino la Kinesiología, disciplina que me enseñó a preguntar al cuerpo de forma correcta ya que es éste quien tiene la respuesta para sanar. Además me enseño a entender que la salud depende de 5 cuerpos: Estructural, bioquímico, energético, electromagnético y emocional. Fue este ultimo, el cuerpo emocional, quien más me apasionó y me permitió seguir buscando respuestas.

Así que, que de nuevo, la vida me sorprendió acercándome al mundo de cadenas musculares GDS que me enseñó a leer el comportamiento de las personas a través de su postura y poder reprogramarlo gracias a estrategias de tratamiento impecables, centrándose en el gesto justo y el movimiento consciente.

La motivación de sanar el cuerpo me planteó nuevos interrogantes: la necesidad de entender los conflictos tras las dolencias que atendía. Encontré las respuestas en la Biodescodificación y en la Programación Neurologuistica (PNL).

La Biodescodificación me permitió identificar que pensamientos y emociones reprimidas se manifestaban como síntomas. Y gracias a la PNL pude entender y modificar que patrones mentales y creencias estaban limitando a las personas.

Las corazas musculares, así como cualquier otra enfermedad, no vienen de la nada, sino que evidencian soledades, luchas internas, crisis existenciales y memorias de dolor que piden ser atendidos y descifrados, para empujarnos más allá de nuestros límites.

Sin duda, mis grandes maestros han sido pacientes y alumnos.  Gracias a ellos he aprendido que Cuerpo y Psique son un todo inseparables.

Una vez un paciente me dijo: «Que diferente es ser atendido en serio y no en serie, ser tratado como un ser único y diferente y no como uno más».

Esa es mi misión, acompañarte en ese camino donde cada síntoma tiene un mensaje. Juntos vamos a descifrarlo para así hacerlo desaparecer.